Información general:
reseña de “Spawn Volumen 1”, tomo recopilatorio similar al original USA “Spawn
Origins Collection”, que recopila los números 1 al 8 y 11 al 16 de la serie
mensual “Spawn”, publicados a partir de mayo de 1992 por Image Comics, a cargo
de Todd McFarlane (guión, dibujos y entintado) con aportaciones en la escritura
de Alan Moore, Frank Miller o Dave Slim. El presente tomo, en España, fue
editado en mayo de 2011 por Planeta de Agostini, en una edición de tapa dura y
más de trescientas páginas al precio de 30 euros. Los números 9 y 10 de la
colección original no fueron incluidos en este volumen al estar todavía en
litigio con Neil Gaiman por la creación del personaje de Angela. En su día, el
primer número de la serie mensual llegó a vender 1.7 millones de ejemplares,
convirtiéndose en el cómic independiente más exitoso de todos los tiempos.
Antecedentes: a
finales de los ochenta y principios de los noventa, ante las tiradas
millonarias de títulos como “Spider-Man”, “X-Men” o “X-Force”, sus dibujantes
(McFarlane, Jim Lee y Rob Liefeld, respectivamente) decidieron aliarse con
otros hartos de las grandes editoriales, como Erik Larsen o Marc Silvestri,
para crear la suya propia: Image Comics, que pronto significó el diez por
ciento del volumen de ventas total del mercado yanqui, con una nueva fiebre por
el dibujo “hot”, las portadas múltiples, holográficas, etc. Muchos achacaron a
los nuevos títulos surgidos de la unión de estos autores de faltos de guión
interesantes, por lo que McFarlane decidió tirar de chequera y contratar a
algunos de los más importantes para ayudarle a cimentar las bases de su
creación. Siendo un dibujante rápido, que había llegado a terminar hasta tres
números al mes, “Spawn” pronto se desmarcó del resto por ser la más fiable mes
a mes en las estanterías, y creando un imperio que pronto se vio incrementado
con líneas de muñecos, series de animación, spin-offs, series limitadas y
distintas cabeceras e incluso una película de imagen real.
Argumento: Al
Simmons, antiguo agente de la CIA, es asesinado y quemado en una misión,
condenado a ir al infierno. Pero allí, hace un pacto con Malebolgia para poder
ver una última vez a su mujer. Así, es devuelto a los callejones de Rat City,
en New York, cinco años después de su muerte y convertido en un agente del
infierno con poderes especiales, destinado a aprender a utilizarlos y
convertirse posteriormente en un soldado del mal que lidere la guerra contra
las huestes del cielo en el futuro Armaggeddon. Pero Simmons descubre que su
mujer está ahora casada con su mejor amigo, Terry Fitzgerald, con quien tiene
una hija, y deberá hacer frente a otros problemas, como los detectives de
policía Sam y Twitch, el asesino de niños Billy Kincaid, el cyborg al servicio
de la mafia Over Kill o, sobre todo, otro demonio del infierno con pinta de
payaso que responde al nombre de Violator.
SPOILER: Simmons
termina descubriendo que su muerte fue planeada por su jefe, Jason Wynn, a
cambio de un trato con Malebolgia para conseguir necroplasma, la misma
sustancia de la que provienen sus poderes (y que menguan conforme los va
utilizando, de modo que no puede desperdiciarlos). Además, terminará
revelándose que Chapel, su antiguo compañero y actual miembro de los
YoungBlood, fue quien materializó el asesinato y la quema de su cuerpo.
Crítica: es
imposible leer “Spawn” como un mero cómic, ya que en muchos sentidos fue el
exponente de todo el género durante una década, con lo mejor y lo peor que éste
nos dejó durante ese período. Las páginas del primer año de éste anti-héroe,
pues, son una orgía de dobles splash-page, con muchas escenas de acción con
toques gore, dibujo recargado y oscuro y un desarrollo de la historia funcional
(en el mejor de los casos) y excesivamente lento en aquella época, precursos de
lo que hoy en día tenemos. La criatura que McFarlane concibió en su
adolescencia no sólo fue una de las más exitosas de todo Image, sino que
también fue la más coherente consigo misma, con un trasfondo algo más elaborado
que el resto y un protagonista carismático. Estos primeros números se
esforzaban por presentarnos el drama de Al Simmons, pero también hacía
referencia a una inminente guerra entre el cielo y el infierno que se antojaba
como épica (y que parecía que no tardaría en llegar, con el famoso “contador de
poder” que posteriormente se obvió para estirar la gallina de los huevos de
oro), presentando sobre todo a un McFarlane que todavía se divertía dibujando,
llenando las viñetas de onomatopeyas gigantes, capas imposibles, cadenas y
corazones arrancados del pecho. Casi 25 años después de su salida al mercado,
ha aguantado el tipo mucho mejor que la mayoría de sus contemporáneos (no sólo
de Image, sino de Marvel y DC que tambén se dejaron llevar por la “nueva ola”),
especialmente recomendable para aquellos que vivieron su “boom” siendo
adolescentes y pensaron que estaban siendo testigos de algo completamente
revolucionario, original y excitante dentro del mundo del cómic. Aquellos que
pensaron que después de la aparición de “Spawn”… nada volvería a ser lo que
era. Y en muchos sentidos, así fue.
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