Información general:
reseña del arcade “Cadillacs & Dinosaurs”, desarrollado por Capcom en 1992;
un típico beat em up de scroll horizontal, con joystick de ocho direcciones y
dos botones (salto y patada) cuyas combinaciones permitían multitud de ataques
para los cuatro personajes disponibles. Uno de los arcades más populares en los
salones recreativos de los 90, por su variedad de enemigos en las ocho fases
del juego, la originalidad de poder disponer de armas de fuego para luchar
contra ellos y su pintoresco contexto, que llevaron a la emisión de una serie
de televisión que en España emitió Canal +.
Historia: tanto
el juego como la serie de dibujos están basadas en el cómic “Xenozoic Tales”,
creado por Mark Schultz en los 80. En él, se nos narraba un futuro
post-apocalíptico, donde la humanidad, después de haber pasado 600 años
viviendo bajo tierra por culpa de la contaminación, regresaban a la superficie
para encontrársela dominada nuevamente por los dinosaurios. En el año 2513,
Jack Tenrec, un mecánico experto en reparar Cadillacs, descubre que una
misteriosa banda conocida como “los Moradores Oscuros” están cazando a los
dinosaurios para que sirvan como conejillos de indias de un científico logo que
realiza experimentos genéticos. Jack, con la ayuda de sus amigos, intentará
detenerlos.
Jugabilidad: el
juego contaba con cuatro personajes a elegir: Jack Tenrec (el prota; el más
equilibrado en fuerza/agilidad); Hannah Dundee (ex novia de Jack; la menos
fuerte pero más ágil); Mustapha Cairo (amigo de Jack; el favorito de los
jugadores novatos, por ser uno de los más ágiles y fuertes); Mass O´Bradovich
(de biografía desconocida; el más fuerte pero también más lento). Juntos o por
separado, debían enfrentarse a un ejército de enemigos compuesto por: moteros,
cazadores, cuchilleros, gordos, enanos saltimbanquis… y dinosaurios como T-Rex,
velocirraptores, triceratops o pterodáctilos. Y, por supuesto, los
correspondientes jefes finales, la mayoría con mortíferas armas especiales como
espadas de carnicero o boomerangs afilados. Una de las fases más llamativas era
“Hell Road”, donde debías combatir a una pandilla de moteros al volante de tu
coche, u otra donde debías eliminar a tus enemigos mientras esquivabas las
patas de un enorme dinosaurio que camina por el lugar.
Crítica: es
imposible tener treinta años y no haber jugado a este juego, uno de los
favoritos de los salones recreativos, por su vistosidad y el equilibrio de
dificultad, doblemente disfrutable si contabas con un amigo que tuviese otras
25 pesetas. Nuevamente, tenemos que remitirnos al contexto de su lanzamiento,
una década donde flipábamos con la trilogía de “Mad Max” en televisiones y
videoclubs (cuya estética en escenarios y enemigos estaban muy presentes aquí)
y la esperadísima “Jurassic Park” de Spielberg no tardaría en contagiarnos con
su fiebre prehistórica. Curiosamente, y a pesar de su inmensa popularidad, el
arcade nunca llegó a adaptarse para ninguna consola, lo que facilitó su
mitificación por el hecho de que solamente era posible jugarlo en las recreativas.
Junto con otros clásicos como el “Street Fighter II”, el “Sunset Riders”, los
“Snow Bros”, el “Pang” o el “Tetris”… y tantos otros, dejaron una huella
imperecedera en toda una generación que hoy los recuerda con nostalgia y sólo
puede recuperarla parcialmente vía emuladores. Nuff said!
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