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domingo, 15 de enero de 2017

KA-ZAR vol. 4 (01 al 07 USA, 1998): reseña y análisis




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Información general: reseña de los números 1 al 7 de la serie regular de “Ka-Zar” publicada en 1997 por Marvel Comics en formato grapa y en España por Comics Forum. Realizada por Mark Waid (guión), Andy Kubert (dibujo), Jesse Delperdang (tintas) y Joe Rosas (color). En Estados Unidos fue reeditada toda la etapa de Waid y Kubert en dos tomos inéditos en nuestro país.

Antecedentes: a finales de los 90, ante la sangría de lectores que le estaba provocando Image y la moda de las portadas holográficas, alternativas y demás, la Casa de las Ideas firmó una tregua con sus antiguos “hot artista” para una alianza mutua. Mediante el evento de Onslaught, los principales héroes parecían morir y las colecciones de Los Vengadores, Capitán América o Los 4 Fantásticos fueron realizadas por el estudio de Jim Lee y Rob Liefeld en lo que vino a llamar “Heroes Reborn”. Mientras, Marvel aprovechó el vacío de personajes en su universo para darle oportunidad a “Thunderbolts”, “Mercurio” o “Ka-Zar”. Andy Kubert, que tras su etapa en los mutantes andaba como loco por encargarse de una colección de un solo personaje (después se iría al Capi) convenció a su colega Waid, que había salido rebotado precisamente de los “X-Men” y también había visto como le habían quitado la exitosa etapa que estaba realizando con Ron Garney en el título del Abanderado. Juntos realizaron la serie regular del señor de la Tierra Salvaje, en catorce números que fueron aplaudidos por la crítica, pero que, tras “Heroes Return” y la salida de sus autores, quedó condenada a la cancelación.

Argumento: tras el nacimiento de su primer hijo, al que han llamado Matthew (por Daredevil, uno de sus exnovios), Shanna la diablesa está teniendo serios problemas con Kevin (nombre real de Ka-Zar) quien de pronto se ha vuelto un adorador de la tecnología y colecciona “discmans” para escuchar grunge o juega con una Game Boy, lo que pone invariablemente en pelibro el prehistórico ecosistema de la Tierra Salvaje. Para colmo de males, aparece en escena Gregor, el mentor de Kraven el Cazador, quien secuestra al pequeño Matt por petición de Parnival Plunder, el maligno hermano de Kevin, quien ansía los secretos de la Tierra Salvaje por motivos desconocidos. Así, Ka-Zar acabará cumpliendo su sueño de viajar hasta New York junto a Shanna y el tigre dientes de sable Zabu, para luchar contra Parnival, el Rino… y una amenaza cósmica que podría ser demasiado poderosa para ellos.

Crítica: a lo largo de la historia del cómic hemos tenido bastantes ejemplos de colecciones que, exentas de la responsabilidad de macro-eventos y “familias” han ofrecido un nivel alto, aunque también es cierto que parten con la ventaja de las pocas expectativas que se tiene de ellas. Esto mismo pasó con “Ka-Zar”, serie que Waid convirtió en una comedia romántica de aventuras (al estilo de los films que protagonizaba Matthew McConaughey antes de ser el actor de moda en Hollywood), ayudado por un Kubert dinámico y en plena forma, con el apoyo de los primerizos experimentos de colores infográficos (para darle diferentes texturas, por ejemplo, a la piel de los dinosaurios) cuyo resultado final eran unas planchas dignas de las mejores superproducciones. Si bien algunos acusaron la decisión de Waid de mandar de masiado pronto al héroe a la Gran Manzana y desaprovechar el entorno sin parangón de la Tierra Salvaje, yo creo que ese contraste era necesario para entender precisamente lo que dicho contexto significa para el personaje, algo así como un “Cocodrilo Dundee” de las viñetas. También se dijo que el tratamiento que Waid hacía de Kevin era demasiado aniñado y plano, alejado del carácter original del rubiales, pero… ¡por favor! Estamos hablando de Ka-Zar, que no es sino un sosias de Tarzán para la Marvel. Waid y Kubert le dibujaron un entorno propio donde podría haberse desarrollado (otro de los puntos fuertes de la cole: el factor del peligro in crescendo, de haber seguido así habríamos visto a Kevin enfrentarse a… ¿Galactus?) y la lástima es que sólo tuviesen un año para llevarlo a cabo. Desde luego, “Ka-Zar” es una de esas pequeñas series que no pasarán a los anales pero que resultaba fresca y captaba como ninguna otra en ese momento el espíritu netamente divertido de las primeras historias de Lee y Kirby.

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