Información general:
reseña del album debut de la cantante Nicki Minai, lanzado al Mercado en
noviembre de 2010 por Young Money Entertainment, después de un par de maquetas
abaladas por Lil Wayne que la permitieron participar en singles de artistas
como Usher o Mariah Carey y negociar un contrato por el que se quedaba con
todos sus derechos, tanto de imagen como de canciones. Producido por CashMoney,
el disco vendió siete millones de copias en todo el mundo (dos de ellas en
Estados Unidos) y se editaron siete singles: “Your Love”, “Check it out”,
“Right Thru Me”, “Moment 4 Life”, “Fly” y “Super Bass”. Se editaron varias
versiones del álbum, con temas inéditos, con lo que el tracklist podía variar
de las 13 a las 19 pistas. Contó con colaboraciones vocales de Eminem, Drake,
Rihanna, Natasha Bedingfield, will.i.am y Kanye West.
Crítica: estamos
hablando de la rapera más exitosa desde Lauryn Hill y Missy Elliott, y eso ya
de por sí son palabras mayores. De hecho, “Pink Friday” se posicionó como
número 2 en la lista de Billboard desde el momento de su lanzamiento, sólo
superado por el “My Beautiful…” de Kanye West. Todo ello, sin embargo, no quita
de la mente de uno la sensación de que Nicki Minai ha inventado el “rap chicle”
y muchas de sus contribuciones parecen una pose o parte de una campaña de
marketing (como ese alter ego masculino y gay llamado Roman que no es sino una
copia del Slim Shady de Eminem). Sin contar, claro, con los samplers de
canciones muy conocidas por el imaginario colectivo, lo que hacen que, desde la
primera escucha, “Pink Friday” sea uno de esos discos que tarareas como si
fuese un greatest hits al uso. No obstante, al César lo que es del César. Nicki
Minai es una de esas apariciones en la industria musical que ocurren muy de
cuando en cuando y que la sacuden con aires frescos y divertidos. La rapera
originaria de Puerto España (en Trinidad y Tobago) tiene un flow rico y
descarado, pero además tiene algo que el resto de sus rivales no pueden hacer:
sabe cantar, y eso le permite transmutarse en muchas “Nickis” distintas. No
sólo es una chica chunga criada en el barrio de Queens, en New York, sino
también una geisha que le canta al amor y a las ganas de divertirse de una
chica joven como si de una Cindy Lauper se tratase. Y es que la Minai parece
haber hecho caso del consejo que en su dia Notorious B.I.G le diera a Lil Kim
(rapera con la que, por cierto, Minai mantiene una ruidosa guerra a través de
los medios de comunicación): “No rapées como si fueras un hombre. Ningún tío
quiere escuchar eso. Haz que me ponga cachondo”. La única forma de mantenerse
viva durante mucho tiempo en el difícil mundo del hip hop es ser versátil. Seamos
sinceros: Julio Iglesias puede tener sesenta años y seguir con lo “soy un
truhán, soy un señor”, pero dudo mucho que 50 Cent pueda llegar a esa edad y
mantener la pose de “yo era un camello al que tirotearon en la calle”. Por eso
Minai, desde el principio, se dirige hacia una audiencia mucho más amplia y
trata de llamar la atención con sus estilismos y sus “otras yo”. Pero para eso,
claro, lo primero es la música. Y lo cierto es que “Pink Friday” es un disco
maravilloso. Quizás uno de los mejores de todos los tiempos en la categoría de
“Álbum Debut de Artista Hip Hop Femenina”. ¿Qué ocurrirá en el futuro? Bueno,
lo cierto es que poco importa. Como dije al principio, Minai ha inventado el
“hip hop chicle”: usar… disfrutar… ¿y tirar? En el buen sentido, se entiende.
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