Año: 2014. Dirigida
por: Chad Stahelski (especialista de acción, por ejemplo, de Brandon Lee tras
el fallecimiento de éste en el rodaje de “El Cuervo”) y David Leitch (“Atomic
Blonde”). Intérpretes: Keanu Reeves (el mítico Neo de “The Matrix”), Michael Nyqvist
(Mikael Blomkvist en la trilogía original de la saga “Millennium”), Alfie Allen
(Theo Greyjoy en “Juego de Tronos”), Adrianne Palicki (“G.I. Joe: La Venganza”…
ver crítica), Bridgest Moynahan (la serie de CBS “Blue Bloods”), Dean Winters
(la serie “Battle Creek”), Ian McShane (Barbanegra en “Piratas del Caribe: En
mareas misteriosas”… ver crítica), John Leguizamo (“Atrpado por su pasado”) y
Willem Dafoe (“La sombra del vampiro”). Presupuesto: 20 millones de dólares.
Recaudación: 88 millones.
Franquicia: si
bien la primera entrega que hoy reseñamos no tuvimos la suerte de verla en
pantalla grande, las distribuidoras patrias sí han tenido a bien darnos ese
privilegio con la secuela, que se estrenará dentro de poco (en nuestras salas,
en USA lleva ya un mes) con el título de “John Wick 2: Pacto de sangre” (“John
Wick: Chapter 2”, en el original), en esta ocasión únicamente con Chad
Stahelski como realizador, ya que Leitch se ha encargado del thriller de acción
“Atomic Blonde” protagonizado por Charlize Theron y James McAvoy. En cualquier
caso, esta secuela llegará a nuestras pantallas siendo un éxito, habiendo
multiplicado por cuatro su presupuesto de 40 millones, lo que podría facilitar
una tercera entrega que, sin embargo, todavía no se ha confirmado… aunque se da
por hecho.
Sinopsis: el hijo
de un mafioso ruso que opera en Nueva York se encapricha del viejo coche de un
(aparente) “donnadie”. Ante la negativa de éste por vendérselo, el chico entra
a la fuerza en su casa y le da una paliza, llevándose las llaves del vehículo y
matando, de paso, al cachorrito del hombre. Un acto violento pero que,
considera, no tendrá repercusión hacia su persona. Craso error. El tipo al que
ha tocado las narices es John Wick, toda una leyenda dentro del mundo de los
sicarios, que ha perdido recientemente a su mujer, y que había encontrado en el
perro que ella le regaló su único consuelo y excusa para seguir viviendo. Ahora,
nada ni nadie impedirá a Wick cobrarse la venganza… aunque para ello deba
declarar una guerra en toda la ciudad.
Crítica: parece
mentira, con la cantidad de veces que se ha repetido esta consigna en los
últimos años, pero mucha gente no lo acaba de entender. A día de hoy, quedan
muy pocas historias que no se hayan contado ya. Por esto, lo importante no es
el “qué”, sino el “cómo”. Durante décadas, la nula expresividad de Reeves ha
sido un chiste entre los amantes del cine. No se puede negar que, por el motivo
que fuere, el chico tiene carisma. Pero las facciones de su rostro se desplazan
menos que el portero de un futbolín. Esto, y una elección de papeles un tanto
discutible, habían hecho que se le perdiese la pista más allá de la trilogía
con los hermanos Wachowski. Algo, por cierto, mucho más comprensible, si cabe,
habida cuenta que la sombra de Neo es muy alargada. Cualquier otro, en su
lugar, habría cogido el guión de “John Wick” (me niego a referirme a ella como
“Otro día para matar” o como sea que la titulase aquí la distribuidora), que,
no lo neguemos, a priori parece un pastiche de serie B sobre “justiciero
callejero”, al más puro estilo Liam Neeson de los últimos tiempos (en el mejor
de los casos) o al Nicolas Cage de siempre (en el peor), y lo habría rechazado
por su limitado trasfondo y su convencional desempeño. Pero Keanu vio una
posible redención, y se juntó con el guionista Derek Kolstad para pulir y
trazar de manera más contendente el universo propio en el que se desenvuelve el
protagonista, dotándolo de una entidad única y mucho más “cool”. Con este nuevo
borrador, el propio Reeves se lo entregó en mano a los tipos que había conocido
en “The Matrix” como especialistas y les dio la oportunidad de debutar como
realizadores, consciente de que en un vehículo de acción como éste, nadie mejor
que unos profesionales sobre la misma para darle un aire seco, directo y
contundente como un gancho a la mandíbula. En definitiva, Keanu Reeves se
involucró de tal manera en la confección del alma de la película que el
resultado final sólo podía ser un tiro certero hacia el éxito… o un suicidio
profesional sin retorno. Afortunadamente, la moneda (nótese el uso que se hace
de ellas durante el metraje) cayó del lado de la justicia. De la que uno se
toma con sus propias manos, claro.
Resumiendo:
honestamente, nada bueno esperaba de una premisa argumental como la que tenemos
aquí, ni mucho menos de una cinta donde Keanu Reeves esté en el elenco, puesto
que su nombre ya no es garantía de nada. O de nada bueno, al menos. Sin
embargo, o quizá precisamente por esas bajas expectativas, “John Wick” se
presenta como un juego de homenajes a los thrillers de Hong Kong del John Woo
de sus buenos tiempos, y también un poco como el Sergio Leone de la trilogía
del “jinete sin nombre”, con un personaje que es una leyenda que deberemos ir
descubriendo conforme pasen los minutos. Una vuelta de tuerca a este manido
género que popularizó Charles Bronson y que aquí adquiere una nueva dimensión,
claramente dirigido a las nuevas generaciones que han crecido con el “anime”y
su estilización de la violencia. Tan sencilla como efectiva para desquitarse ante
ella.
Memorable: la
mitología propia que genera la película alrededor del protagonista, con esa
“empresa de limpieza” para recoger los cadáveres, el hotel Continental
exclusivo para sicarios, el pago con monedas al más puro estilo “western”, el
código ético-laboral que se establece entre los asesinos, etc. Una “patochada”
tan surreal como divertida, que ayudan a definir el tono de la propuesta.
Mejorable: lo
poco que aparecen algunos secundarios de lujo como Leguizamo o McShane. En
realidad, el montaje inicial se recortó casi cuarenta minutos, así que es de
suponer que bastante de ambos sería fruto del “tijeretazo”, si bien (creo)
hasta la fecha no ha salido ninguna versión con dicho material extra. ¿Tendrán
más cancha en la secuela? Seguiremos informando. Naaaah, no os voy a dejar con
la intriga. Lo cierto es que sí, ambos roles vuelven a tener cabida en la secuela.
Curiosidades: a
pesar de que no aparece en el reparto ni hay ninguna explicación plausible para
tal efecto (por ejemplo, que sean amigos más allá de la pantalla), en la
producción de la cinta encontramos a la actriz Eva Longoria, conocida por ser
la Gabrielle Solís de “Mujeres Desesperadas” y que actualmente también busca su
hueco en la industria una vez finalizado su papel de mayor éxito.
Parafraseando: de
una manera bastante elocuente, el mafioso ruso intenta hacerle comprender al
inconsciente de su retoño la magnitud y gravedad del infierno que ha desatado,
revelándole la verdadera identidad de John Wick: “Una vez fue de los nuestros,
¿sabes? Lo llamaban “Baba Yaga”” “¿El hombre del saco?” “John no era
exactamente “el hombre del saco”… Era el tipo al que enviabas a matar al puto
hombre del saco”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario