Año: 2006. Estudio:
TriBeCa Pictures. Título original: The Good Shepherd. Director: Robert De Niro
(“El Padrino II”). Guión: Eric Roth (“Munich”). Intérpretes: Matt Damon
(“Infiltrados”), Angelina Jolie (“El intercambio”), John Turturro (“O Brother!”),
William Hurt (“Perdidos en el espacio”), Alec Baldwin (la serie “30 Rock”), Joe
Pesci (“Casino”), Billy Cudrup (“Sleepers”… ver crítica), Timothy Hutton (“Beautiful
Girls”), Michael Gambon (Albus Dumbledore en la franquicia “Harry Potter” tras
la muerte de Richard Harris), Eddie Redmayne (posteriormente ganador del Oscar
por “La teoría del todo”), Lee Pace (Ronan el Acusador de “Guardianes de la
Galaxia”). Presupuesto: 90 millones de dólares. Recaudación: 99 millones.
Sinopsis: la
historia es una recreación ficticia del surgimiento de la Central de
Inteligencia Americana (CIA), inspirada en la vida de James Jesus Angleton,
fundador de la misma, transformado aquí en Edward Wilson, un joven serio y
afectado por el suicidio de su padre siendo él niño, que es reclutado por el
FBI mientras estudia en la Universidad de Yale para hacer de espía durante la
II Guerra Mundial. Al finalizar esta, y cuando Wilson cree que volverá a
Estados Unidos para estar con su mujer y su hijo, a los que apenas conoce, el
gobierno volverá a forzarle a que siga luchando en el contra-espionaje ante el
advenimiento de la “Guerra Fría”. A partir de ese momento, la vida de Wilson se
convertirá en una espiral de traiciones, mentiras y juego sucio donde
cualquiera, hasta su propia familia, puede convertirse en un enemigo.
Crítica: hubo un
tiempo en que Robert De Niro, el actor, se cansó de su profesión. Le suele
pasar a los mejores. Es comprensible: ya no tienen nada que demostrar y
mantener el nivel de exigencia consigo mismo se torna en quimera, siendo mucho
más apetecible dedicarse a vivir de las rentas y acostumbrarse a los cheques de
Hollywood en productos comerciales cuya presencia es requerida para dar algo de
caché a los mismos. Sin embargo, con “Historias del Bronx”, De Niro demostró
que había aprendido algo de su amigo Scorsese y dio una lección de buen cine en
su primer trabajo detrás de las cámaras. En “El buen pastor” volvía a demostrar
tener un toque inteligente, sobrio y elegante a la hora de ponerse “al otro
lado” pero, sin embargo, el resultado no fue el mismo y, aunque el film tiene
momentos de gran potencia dramática (el interrogatorio de Turturro, el trágico
final con la prometida del hijo del prota en un avión…) también adolece de un
metraje excesivo y una narración algo confusa, sin concesiones hacia un
espectador que, cuando quiera engancharse a la historia, quizás ya haya
desertado de la misma por sopor o incomprensión.
Resumiendo: “The
Good Shepherd” transmite caos y desconcierto (algo que, por otra parte, podría
ser intencionado teniendo en cuenta su temática), pero también es un ejercicio
de cine clásico, un thriller de espías con un plantel de actores dignos de
admiración. Luces y sombras, en definitiva, quizás suscitadas estas últimas por
la ambición del libreto y la absoluta firialdad de su protagonista (en un
ejercicio de contención bastante destacable de Damon, por otro lado), que hacen
difícil la empatía para con el espectador. Aún así, una de esas películas que
quizás haya que ver varias veces para “rascar” sus muchos matices.
Memorable: Matt
Damon travestido durante una representación teatral universitaria, demostrando
un sentido del humor que su personaje no volverá a tener en el resto del
metraje. El film también tiene otras concesiones hacia el público gay, como el
profesor de literatura que acabará siendo su mentor o la pelea de barro bajo
una lluvia dorada en las pruebas de acceso a la “secta masónica de Yale”.
Mejorable: en
algunos momentos, parece que la asignación de Damon como protagonista es una
mala elección de cásting. El actor parece demasiado joven para transmitir todo
el periplo vital de su personaje. Todo ello, a pesar de que el chico me parece
de lo mejorcito de su generación, un valor seguro en casi todo lo que hace,
independientemente del género del film en cuestión.
Parafraseando: uno
de los puntos fuertes del film son sus diálogos. Destacamos éste entre Damon y
un Joe Pesci en su primer papel tras un retiro de seis años alejado del cine: “La
gente como usted me dan miedo. Son los que montan grandes guerras” “No, nos
aseguramos de que sean pequeñas, señor Palmi”.”Quiero preguntarle una cosa… Los
italianos tenemos la familia y la iglesia; los irlandeses tienen su patria; los
judíos tienen su tradición; incluso los negros tienen su música… pero, ¿y su
pueblo? ¿Qué tienen?” “Los Estados Unidos de América. Ustedes sólo están de
visita”.
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