Año: 2016. Director:
Edward Zwick (“Leyendas de pasión”). Basada en: la novela “Never Go Back”, de
Lee Child. Intérpretes: Tom Cruise (“Jerry Maguire”), Cobie Smulders (la Robin
Scherbatsky de “Cómo conocí a vuestra madre” y la Maria Hill de Marvel Studios),
Aldis Hodge (MC Ren en “Straight Outta Compton”), Danika Yarosh (la serie “Heroes
Reborn”), Patrick Heusinger (la serie “Gossip Girl”), Holt McCallany (“Monster
Trucks”… ver crítica). Presupuesto: 60 millones de dólares. Recaudación: 161
millones.
Curiosidades:
lógicamente, es la secuela de “Jack Reacher” (ver crítica), estrenada en 2012. En
aquella ocasión, la película se basaba en la novela “One Shot”, la novena
protagonizada por el personaje que daba título a al película, mientras que aquí
se centra en la novela número 18 de dicha saga, con lo que hay material de
sobra para seguir realizando entregas fílmicas del héroe… siempre y cuando la
taquilla acompañe, claro.
Sinopsis: el
esquivo Jack Reacher visita a su colega, la mayor del ejército Susan Turner, en
lo que parece que va a ser un polvete fácil a pesar de nunca haberla conocido
en persona. Sin embargo, se lleva la sorpresa a su llegada de encontrar que
Susan ha sido detenida por espionaje, lo que obligará a Reacher a implicarse
personalmente en demostrar su inocencia. No será su único quebradero de cabeza
en esta ocasión, pues pronto se le informa que una mujer reclama una pensión al
ejército a su costa por la posible paternidad de una adolescente de quince años
de la que desconocía por completo su existencia.
Crítica: como
suelo hacer cuando nos encontramos con una secuela, empezaré diciendo que “Nunca
vuelvas atrás” es sensiblemente inferior a su predecesora. No quiero decir esto
que sea una mala película, ni que no vayas a disfrutarla en mayor o menor medida,
pero es de recibo admitir que es mucho más convencional y resta muchos puntos
al carisma del protagonista, hasta el punto de convertirle en otro anodino
héroe de acción que no se distingue de otros muchos que asaltan las pantallas
cada año. Además, las escenas de acción no están tan conseguidas como en la
primera entrega, y aunque sigue habiendo peleas cuerpo a cuerpo para demostrar
lo bien que a Cruise se le da lo del “krav magá”, se echa en falta alguna
secuencia más planificada y en exteriores como la estupenda persecución del
film de 2012. Es particularmente significativo la manera de “amansar” al
protagonista con el sempiterno recurso de encasquetarle una hija, que no sólo
es poco original, sino que nos llevan a darnos cuenta de que… ¡oh,
recórcholis!... el bueno de Tom tiene ya arrugas en la cara, lo que traducido
al lenguaje de los mitos hollywoodesnes es mostrarle los pies de barro a una
estrella que, hasta la fecha y cual Norma Desmond de “Sunset Boulevard”, se
había negado a aceptar su condición como ser humano. Dicho todo esto, la
secuela de “Jack Reacher” es una cinta de acción que entra de lleno en ella sin
muchas contemplaciones y ofrece un visionado agradable apoyado sobre todo en el
carisma de su protagonista y en la química que éste tiene con el resto del
elenco, con un bonito epílogo que te dibuja sin querer una sonrisa en la boca. Pero
insisto: se nota demasiado la ausencia de McQuarrie para hacer del producto “algo
más” de lo que es.
Concluyendo: de
toda secuela que se precie se pide que sea respetuosa con la original y que
aporte a la par novedades suficientemente destacadas como para no convertirse
en una burda copia de su antecesora, amplificando el universo del protagonista
o dándole herramientas para continuar ahondando en su leyenda. En esto último, “Nunca
vuelvas atrás” cumple su cometido, al presentar un aspecto bastante relevante
del pasado de Reacher, del que poco supimos en la cinta anterior. No obstante,
la chulería pedantesca con la que se nos presentó en la pantalla grande, que
irónicamente nos hicieron enamorarnos de él al instante, aparece aquí de forma
mucho más taimada, lo que reduce en grado sumo las apetencias del público por
seguir viendo aventuras del héroe, por tanto en cuanto su figura es demasiado
similar ahora a otras tantas que pululan por ahí con otros nombres y otros
actores.
Memorable: el
prólogo, que remite automáticamente a la anterior, casi único vestigio de la
película de 2012, y la concatenación subsiguiente de escenas donde vemos cómo
se va estrechando la relación entre los personajes de Cruise y Smulders, por
más que la llegada de Reacher a la vida de ella justo cuando ésta se ha metido
en un grave problema es una de esas casualidades demasiado forzadas para
resultar creíbles.
Mejorable: sin
hacer demasiado SPOILER, la escena donde la supuesta hija está aprendiendo una
llave de defensa personal. Hemos visto tantas veces ese recurso, que todos
sabemos que en algún momento del metraje la chica va a tener que utilizarla
para salvar la vida… y además seguro que es el clímax del metraje. Parece una
nimiedad, pero denota que Zwick (coautor también del guión) carece de
imaginación tanto para dirigir como para escribir.
Parafraseando: un
par de polis llegan al escenario de una pelea, donde varios tipos han sido
reducidos por un solo hombre que ahora toma tranquilamente un café en un bar
cercano. Cuando le arrestan por la agresión, el sospechoso les advierte que en
realidad los que van a acabar yendo a la cárcel son ellos, pues su principal
objetivo era el propio sheriff que ha acudido al atestado. Cuando se constata
que lo que dice el tipo es verdad, el sorprendido sheriff pregunta: “¿Quién
coño es usted?” “Soy el tipo con el que no contaba”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario