Año: 2011. Productor:
Peter Jackson (“El Hobbit”). Director: Steven Spielberg (“Caballo de
batalla”).Basado en: el personaje de cómic creado por Hergé.Música: John
Williams (“Tiburón”). Intérpretes: Jamie
Bell (“Billy Elliot”), Daniel Craig (James Bond desde “Casino Royale”), Andy
Serkis (Gollum en “El señor de los anillos”), Simon Pegg (“Star Trek”), Nick
Frost (“Blancanieves y la leyenda del cazador”). Presupuesto: 135 millones de
dólares. Recaudación: 374 millones. Premios: entre otros, fue nominada a un
Oscar por la Mejor Banda Sonora, y fue la primera película que no era de Pixar
en ganar el Globo de Oro a la Mejor Película de Animación.
Secuelas: mucho
se ha rumoreado sobre las siguientes entregas de la aspirante a franquicia, si
bien es cierto que todas las fechas de estreno se han ido posponiendo sin que a
día de hoy haya una idea clara de cuándo llegará (si llega) una secuela. Parece
ser, no obstante, que la base del guión para dicha película serían los álbumes “Las
siete bolas de cristal” y “El templo del sol”, mientras que “El loto azul” o “Aterrizaje
en la luna” quedarían para la tercera. De igual modo, se desconoce la
implicación de Peter Jackson en la cinta. Desde un principio, se dijo que tanto
él como Spielberg se irían turnando en la saga, si bien otras informaciones
señalan a Jackson únicamente como productor ejecutivo, ya que quiere centrarse
en otros proyectos.
Sinopsis: el
joven reportero Tintín y su inseparable perro Milú se ven envueltos en una
terrible persecución cuando adquieren la maqueta de un barco que podría ser la
clave para dar con el tesoro del pirata Rackham El Rojo. Ayudados por el
alcohólico capitán Haddock, el devenir de la aventura les llevará hasta
Marruecos.
Crítica: todos
tenemos un día malo. La primera vez que visioné “Las aventuras de Tintín”,
tanto yo como el amigo que me acompañaba nos quedamos durmiendo. Años después,
azuzado por el buen aprecio que tengo a Spielberg, le he dado otra oportunidad…
sólo para constatar que su híbrido “carne animado” es un auténtico tostón,
carente completamente del alma que le insufló a su día a Indiana Jones (y por
el cual, tras el estreno, hace más de treinta años, el rey Midas del cine tuvo conocimiento
de la existencia del personaje y quiso desde entonces adaptarlo). A pesar de
condensar tres álbums en un solo largometraje, la historia de esta primera
cinta (en la que se presuponía que iba a ser una trilogía, pero nadie ha vuelto
a hablar de las continuaciones) parece demasiado poco y necesaria de ser
rellanada con subtramas absurdas o repeticiones soporíferos de situaciones (la
incoherente escena donde Tintín se cuela en el castillo… para nada). Los
constantes gags de “slapstick”, que en ocasiones también son simpáticos, acaban
pareciendo como esos viejos payasos de circo que uno ve ya con más “asco pena”
que auténtica comicidad, y a pesar de su “novedosa” tecnología, el conjunto
final tiene un aire retro que algunos considerarán “naif”, pero que yo
directamente califico de “viejuno”.
Resumiendo:
Tintín, Spielberg, Jackson… un argumento donde se habla de tesoros y piratas…
¿cómo podía salir algo malo? Pues salió. Prefiero pensar que fue producto de
una falta de verdadero interés (sólo hay que ver el anticlímax final para sacar
conclusiones) a que realmente el bueno de Steven se está acercando a la
jubilación, como pronostican otros. Fuera como fuese, el mismo año que éste
“Tintín” artificioso, nos llegó también su “War Horse” que, tampoco es de lo
mejorcito que haya rodado, pero desde luego le da cien patadas a la que nos
ocupa.
Memorable: al
margen de la parodiada persecución en motocicleta, los títulos de crédito
animados (animados de verdad) y el guiño del personaje siendo dibujado por un
artista callejero (en teoría, el propio Hergé) hacían presagiar algo bueno.
Error.
Mejorable: ni la
cuarta de Indy ni éste Tintín. La mejor mezcla que Spielberg hizo de ambos fue
esa joya reivindicable de “Átrapame si puedes”. Aquí, los estúpidos Hernández y
Fernández me sacaron de quicio. Desde la compra de Lucasfilm por parte de Walt
Disney, se habla de una nueva entrega sobre el arqueólogo más famoso de todos
los tiempos. Y aunque en un principio se especuló con un reinicio, ahora todo
parece indicar que tanto Steven como Harrison Ford repetirán como director y
protagonista, respectivamente. Con ello, una vez más, parece que la continuidad
de “Tintín” queda en segundo plano.
Parafraseando:
otro de los grandes problemas del film. Ocurra lo que ocurra, el protagonista
es una especie de McGiver que borra el “factor riesgo in crescendo” tan
necesario para todo film de aventuras que se precie: “Malas noticias, capitán. Tenemos
sólo una bala” “¿Y las buenas noticias?” “Que tenemos una bala”.
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