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Información
editorial: reseña de “Las máquinas de la extinción”, primer arco argumental de
“Justice League: Rebith” números 1 al 5 USA, obra de Bryan Hitch (guión) y Tony
S. Daniel, Jesús Merino y el propio Hitch (dibujos). En España, ECC Ediciones
publicó la saga entre los números 56/1 al 59/4 de la colección en formato
grapa, entre diciembre de 2016 y marzo de 2017, con una doble numeración en la
cabecera para remarcar el nuevo epígrafe bajo el que se engloban todas las
series del Universo DC Comics a partir de ahora.
Antecedentes:
tras “La Guerra de Darkseid” y la llegada de “Renacimiento” (un nuevo “reseteo”
de toda la línea editorial, que cerraba así con “Los Nuevos 52”, si bien
mezclaba los acontecimientos allí narrados con algunos conceptos clásicos de
sus héroes), la colección de la “Justice League” perdía a Geoff Johns como
capitán del barco pero ganaba para la causa a Bryan Hitch, dibujante británico
responsable de gran parte del éxito de títulos como “The Authority” o “The
Ultimates”, que se hacía cargo de los guiones para narrar una nueva encarnación
de “la Liga” formada por: Superman (el original, previo a “The New 52”, ahora
padre de familia), Batman, Aquaman, The Flash, Cyborg/Vic Stone… y la nueva dupla
de “Green Lanterns” de la Tierra en la figura de los inexpertos Jessica Cruz y
Simon Baz.
Historia: una
serie de seísmos sacuden a todo el planeta previo a la llegada de una nave
extraterrestre y la aparición de unos extraños seres gigantescos que vaticinan
el Fin del Mundo y que parecen representar los poderse de los miembros de la
“Justice League”, así como ostentar la capacidad de “robar” momentáneamente
dichas habilidades a alguno de los integrantes de la misma. Pese a sus
reticencias iniciales al no fiarse de este “nuevo/viejo” Superman, Batman no
tiene más remedio que acabar pidiéndole ayuda al Hombre de Acero para que viaje
al centro del planeta e intente detener las máquinas primigenias que parecen
dispuestas a acabar con la Tierra.
SPOILER: los miembros
de la “Justice League” se ven obligados a luchar contra las amenazas desde
varios frentes: por un lado, los Green Lanterns intentan detener la llegada de
más naves invasores desde su mismo origen; del otro, Wonder Woman intenta
razonar con los enemigos desde su interior, al haber sido absorbida por uno de
los seres gigantes; y ante la ausencia de Superman, Cyborg, Flash y Batman
hacen lo que pueden para contener las amenazas en la superficie. Finalmente,
Aquaman utiliza unos “cristales del zodíaco” confinados en un museo atlante
para darles el toque de gracia con la inestimable ayuda de Superman, que
reaparece desde el centro del planeta para utilizar sus propias máquinas contra
los extraterrestres. Con la amenaza destruida, el grupo vuelve a separarse, si
bien todos tienen la sensación de que no tardarán en reunirse de nuevo. ¿La
respuesta de Superman? “Seguiré en contacto”.
Crítica: comienzo
algo irregular del que sin duda debería ser el buque insignia de la editorial,
si bien no sabemos si es la propia DC la que “obliga” al principal responsable
de la colección a ser más bien convencional y dejarse de experimentos vacuos.
Nunca he sido un gran fan del Hitch dibujante (ni de Alan Davis, su principal
referente, ya puestos), pero es cierto que me había ido ganando con los años y
la estética de “superproducción hollywoodense” que suele imprimir a sus
planchas bien podrían agradecerse en un título como el que nos ocupa. Sin
embargo, apenas le tenemos en el primer número de esta saga, y si bien Daniel y
Merino continúan por la misma senda impidiendo que se pueda echar en falta al
británico, también es de recibo señalar que a nivel gráfico no hay nada
especialmente memorable. Queda pues evaluar al Hitch narrador de historias, y
he de decir que tampoco me ha entusiasmado lo suficiente como para caer rendido
a sus pies. Alumno aventajado en todo lo que hace, Hitch parece una mezcla de
Grant Morrison y Mark Millar… aunque el resultado es insuficiente comparado con
lo que uno u otro hubiesen firmado. Hay algunas escenas de batallas que merecen
la pena, algunas pinceladas de caracteres bien tratados (las sempiternas dudas
del Hombre Murciélago frente al tipo de la “S” en el pecho, la inexperiencia de
los nuevos Green Lanterns…), pero el conjunto parece precipitado y sin una
sensación real de peligro, llegando a un final que incluso podríamos considerar
como incomprensible, por tanto en cuanto acabamos sabiendo tanto sobre la
supuesta amenaza y sus responsables como la que teníamos antes de la
publicación del primer número. Es decir, absolutamente nada. Aunque quizás la
pata que más cojea de esta primera aventura es la constatación de que Hitch no
tiene ni la más remota idea de lo que hacer con Aquaman. Arthur pasa las tres
cuartas partes de la historia separado de sus compañeros y luchando contra no
se sabe bien qué en el fondo del océano, para llegar en los instantes finales y
sacarse de la manga una solución al problema que ni siquiera se molestan en
aclarar. No es, con todo, el peor arco argumental que hayamos leído sobre estos
personajes, y los responsables en el proyecto tienen crédito suficiente como
para demostrar en futuras entregas que el margen de mejora es amplio, pero… no
sé. No es uno de esos cómics que yo recomendaría como imprescindibles a mis
amistades. Todavía no, al menos. Aunque por supuesto… seguiremos informando.
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