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sábado, 22 de julio de 2017

JUSTICE LEAGUE: Las máquinas de la extinción


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Información editorial: reseña de “Las máquinas de la extinción”, primer arco argumental de “Justice League: Rebith” números 1 al 5 USA, obra de Bryan Hitch (guión) y Tony S. Daniel, Jesús Merino y el propio Hitch (dibujos). En España, ECC Ediciones publicó la saga entre los números 56/1 al 59/4 de la colección en formato grapa, entre diciembre de 2016 y marzo de 2017, con una doble numeración en la cabecera para remarcar el nuevo epígrafe bajo el que se engloban todas las series del Universo DC Comics a partir de ahora.

Antecedentes: tras “La Guerra de Darkseid” y la llegada de “Renacimiento” (un nuevo “reseteo” de toda la línea editorial, que cerraba así con “Los Nuevos 52”, si bien mezclaba los acontecimientos allí narrados con algunos conceptos clásicos de sus héroes), la colección de la “Justice League” perdía a Geoff Johns como capitán del barco pero ganaba para la causa a Bryan Hitch, dibujante británico responsable de gran parte del éxito de títulos como “The Authority” o “The Ultimates”, que se hacía cargo de los guiones para narrar una nueva encarnación de “la Liga” formada por: Superman (el original, previo a “The New 52”, ahora padre de familia), Batman, Aquaman, The Flash, Cyborg/Vic Stone… y la nueva dupla de “Green Lanterns” de la Tierra en la figura de los inexpertos Jessica Cruz y Simon Baz.

Historia: una serie de seísmos sacuden a todo el planeta previo a la llegada de una nave extraterrestre y la aparición de unos extraños seres gigantescos que vaticinan el Fin del Mundo y que parecen representar los poderse de los miembros de la “Justice League”, así como ostentar la capacidad de “robar” momentáneamente dichas habilidades a alguno de los integrantes de la misma. Pese a sus reticencias iniciales al no fiarse de este “nuevo/viejo” Superman, Batman no tiene más remedio que acabar pidiéndole ayuda al Hombre de Acero para que viaje al centro del planeta e intente detener las máquinas primigenias que parecen dispuestas a acabar con la Tierra.

SPOILER: los miembros de la “Justice League” se ven obligados a luchar contra las amenazas desde varios frentes: por un lado, los Green Lanterns intentan detener la llegada de más naves invasores desde su mismo origen; del otro, Wonder Woman intenta razonar con los enemigos desde su interior, al haber sido absorbida por uno de los seres gigantes; y ante la ausencia de Superman, Cyborg, Flash y Batman hacen lo que pueden para contener las amenazas en la superficie. Finalmente, Aquaman utiliza unos “cristales del zodíaco” confinados en un museo atlante para darles el toque de gracia con la inestimable ayuda de Superman, que reaparece desde el centro del planeta para utilizar sus propias máquinas contra los extraterrestres. Con la amenaza destruida, el grupo vuelve a separarse, si bien todos tienen la sensación de que no tardarán en reunirse de nuevo. ¿La respuesta de Superman? “Seguiré en contacto”.


Crítica: comienzo algo irregular del que sin duda debería ser el buque insignia de la editorial, si bien no sabemos si es la propia DC la que “obliga” al principal responsable de la colección a ser más bien convencional y dejarse de experimentos vacuos. Nunca he sido un gran fan del Hitch dibujante (ni de Alan Davis, su principal referente, ya puestos), pero es cierto que me había ido ganando con los años y la estética de “superproducción hollywoodense” que suele imprimir a sus planchas bien podrían agradecerse en un título como el que nos ocupa. Sin embargo, apenas le tenemos en el primer número de esta saga, y si bien Daniel y Merino continúan por la misma senda impidiendo que se pueda echar en falta al británico, también es de recibo señalar que a nivel gráfico no hay nada especialmente memorable. Queda pues evaluar al Hitch narrador de historias, y he de decir que tampoco me ha entusiasmado lo suficiente como para caer rendido a sus pies. Alumno aventajado en todo lo que hace, Hitch parece una mezcla de Grant Morrison y Mark Millar… aunque el resultado es insuficiente comparado con lo que uno u otro hubiesen firmado. Hay algunas escenas de batallas que merecen la pena, algunas pinceladas de caracteres bien tratados (las sempiternas dudas del Hombre Murciélago frente al tipo de la “S” en el pecho, la inexperiencia de los nuevos Green Lanterns…), pero el conjunto parece precipitado y sin una sensación real de peligro, llegando a un final que incluso podríamos considerar como incomprensible, por tanto en cuanto acabamos sabiendo tanto sobre la supuesta amenaza y sus responsables como la que teníamos antes de la publicación del primer número. Es decir, absolutamente nada. Aunque quizás la pata que más cojea de esta primera aventura es la constatación de que Hitch no tiene ni la más remota idea de lo que hacer con Aquaman. Arthur pasa las tres cuartas partes de la historia separado de sus compañeros y luchando contra no se sabe bien qué en el fondo del océano, para llegar en los instantes finales y sacarse de la manga una solución al problema que ni siquiera se molestan en aclarar. No es, con todo, el peor arco argumental que hayamos leído sobre estos personajes, y los responsables en el proyecto tienen crédito suficiente como para demostrar en futuras entregas que el margen de mejora es amplio, pero… no sé. No es uno de esos cómics que yo recomendaría como imprescindibles a mis amistades. Todavía no, al menos. Aunque por supuesto… seguiremos informando.

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